Cómo elegir la secadora a gas

El clima en Italia no es tan malo como el de los países nórdicos, donde no sólo el número de días de lluvia supera a los de sol, sino que las horas de luz son escasas, hasta el punto de que es necesario utilizar la secadora. Los más conocidos funcionan con electricidad, y aunque en el mercado se encuentran modelos tecnológicos que ofrecen el máximo potencial con un consumo muy bajo, no resultan ser una buena inversión. La alternativa recomendada es la secadora a gas, que sin embargo tiene un coste mayor. Continúe leyendo esta guía para obtener consejos útiles sobre cómo elegir la secadora adecuada.

Cuánto cuesta

El precio de una secadora de gas ronda los 800 – 900 euros (frente a los 350 – 400 de las eléctricas). Un coste tan elevado depende del hecho de que actualmente hay pocos modelos y marcas extranjeras (especialmente americanas) en el mercado italiano que también garanticen la asistencia posventa. Sin embargo, el gasto se amortiza bastante rápido ya que el consumo puede ser hasta un 70% menor. Además, tienen un impacto reducido en el ecosistema: este tipo permite reducir los tiempos de secado y las prendas también quedarán más suaves y esponjosas, facilitando las operaciones de planchado.

Condensación o ventilación, ¿cuál elegir?

Los secadores a gas se pueden dividir en dos grupos, según el sistema utilizado para eliminar la humedad: condensación y ventilación. Las de condensación a su vez se dividen en dos subgrupos y pueden introducir el aire húmedo directamente al exterior (no son recomendables en el caso de estancias pequeñas) o enfriarlo mediante un condensador. En este caso se puede transformar en agua y reutilizar para la plancha (porque no tiene cal). Las secadoras ventiladas tienen una manguera similar a la que se usa para las calderas. Para obtener el máximo ahorro energético es preferible adquirir productos de clase A (o los innovadores A y A ) para no superar los 3 kW de consumo, aunque los últimos modelos permiten secar una carga de ropa de 1 kilogramo en 3- 4 minutos con un coste estimado de 20 céntimos por hora de uso. Además de esto, es importante adoptar algunas pequeñas precauciones como introducir ropa centrifugada al máximo y seleccionar el programa de secado adecuado al tejido de las prendas. También puede resultar útil programar el temporizador y poner en marcha la secadora durante la noche para aprovechar las ventajas de la tarifa dual.

Peso y tamaño

Las secadoras a gas tienen unas dimensiones estándar de 60x60x85, pero también están disponibles versiones con un ancho de 45 centímetros. Tienen la misma forma que las lavadoras y la posibilidad de cargar la ropa a secar desde el frente o desde arriba. En el interior se encuentra la cesta (en algunos modelos también se instala la iluminación), el sistema de calefacción, el ventilador de refrigeración, el sistema de extracción de gases y un filtro que recoge pelos y polvo. Entre las opciones está el práctico sistema de sonido de final de programa con intensidad sonora variable (especialmente útil en caso de funcionamiento nocturno). Cuando la secadora a gas alcanza el nivel de temperatura necesario, el aire caliente pasa al tambor, que gira para distribuir el calor de manera uniforme. El sistema de escape de gases, que consta de un tubo, debe instalarse necesariamente en el exterior. En comparación con los modelos eléctricos, también se produce una notable reducción del ruido. Algunos modelos de gas están diseñados para apilarse encima de la lavadora, ahorrando aún más espacio.