Características
Las sillas de jardín pueden tener un aspecto muy similar, en algunos casos, a las sillas habitualmente utilizadas en ambientes domésticos. Sin embargo, al estar expuestos al sol, a la humedad nocturna, al viento y quizás incluso a la lluvia, estos complementos de decoración están fabricados con materiales resistentes y duraderos. Otro aspecto muy importante de las sillas de jardín está representado por su diseño, que debe elegirse en función del estilo del espacio verde y de otros complementos de decoración que puedan ya estar presentes en el exterior, como sofás o mesas. Una zona dedicada al tiempo libre en el jardín debe ser acogedora y bonita, y por eso puedes encontrar en el mercado sillas muy diferentes: de hecho, puedes ir desde sillas fabricadas íntegramente en madera, con un aspecto rústico pero elegante , hasta las clásicas sillas de forja, pasando también por sillas de diseño moderno o más clásico. Por último, pero no menos importante, está el factor conveniencia. Para que su estancia en el jardín sea agradable, las sillas deben ser cómodas y cómodas, y este aspecto ciertamente no puede sacrificarse en aras de la estética.
Materiales
En las sillas de jardín, el material más utilizado con diferencia es la madera, de la que existen muchos tipos diferentes, cada uno con sus características distintivas. Entre los tipos de madera más utilizados en la construcción de estos complementos de decoración se encuentran:
- Teca : es una madera dura y muy resistente que procede de Asia y, en particular, de Birmania e Indonesia. La teca birmana es generalmente de mayor calidad que la teca indonesia, ya que procede de bosques naturales sometidos a una tala controlada. El indonesio, en cambio, se obtiene de cultivos en los que el crecimiento suele verse acelerado de forma forzada y, por tanto, las fibras de la madera son menos compactas y resistentes.
- Acacia y eucalipto : se encuentran entre las maderas más baratas, pero hay que recordar que se trata de materiales más bien blandos que se dañan irremediablemente al primer rasguño. Además, son poco resistentes a los agentes atmosféricos, por lo que su uso debe limitarse a porches o en todo caso a zonas bien resguardadas de la lluvia.
- Kerouing y balau : estas variedades de madera también son de origen asiático. Generalmente se trata de materiales resistentes y de buena calidad, especialmente los lijados; Al tener relativamente poco miedo a los agentes atmosféricos, el Balau también se puede utilizar de forma segura en el exterior.
- Hierro : las sillas de jardín fabricadas con este material suelen tener líneas esenciales y muy sencillas, a excepción de aquellas con decoraciones artísticas en hierro forjado.
Todas estas sillas deben estar equipadas con cojines para hacerlas más cómodas; mientras que en algunos casos los cojines se venden junto con las sillas, en otros es necesario adquirirlos por separado, obviamente intentando elegir modelos que sean homogéneos en color y estilo.
mecedoras
Entre las sillas destinadas al mobiliario de jardín existe una categoría muy particular y siempre querida: las mecedoras. Estas sillas en particular representan, en el imaginario colectivo, uno de esos complementos de decoración que no pueden faltar en las casas de campo, y que nos gustan porque quizás fueron propiedad de alguno de nuestros abuelos. Aunque a menudo se las considera "símbolos" del pasado, en realidad las mecedoras siguen teniendo una gran demanda en el mercado hoy en día. No se necesitan grandes espacios para colocar una mecedora, pero el resultado es sin duda impresionante: además de ser bonitas a la vista, las mecedoras obviamente también son muy cómodas y representan el lugar ideal para descansar, tal vez leyendo un libro o escuchando música. de musica. Las mecedoras para el jardín deben estar equipadas con un cojín especial que cubra tanto el respaldo como el asiento, y que permita tumbarse cómodamente. La mayoría de las mecedoras que se comercializan hoy en día modelan fielmente las del pasado, estando construidas en madera o mimbre; Para aquellos con gustos más modernos, sin embargo, tampoco faltan alternativas en aluminio u otros materiales. Una curiosidad: según la tradición, la invención de la mecedora se atribuye al científico y político estadounidense Benjamin Franklin, aunque no hay pruebas ciertas que apoyen esta tesis. Estas sillas aparecieron por primera vez en el siglo XIX en Estados Unidos y desde entonces se han extendido por todo el mundo.
Limpiar y almacenar durante el invierno.
Las sillas de jardín, expuestas a los agentes atmosféricos, suelen considerarse complementos de decoración "temporales" que, tarde o temprano, deberán ser sustituidos. Sin embargo, existen diversas formas de alargar su vida con el paso de los años, y en particular es aconsejable realizar periódicamente tratamientos con aceites especiales impregnantes y protectores. Las sillas de jardín, como el resto de muebles, hay que protegerlas al máximo de la lluvia, por ejemplo utilizando láminas de plástico, y en invierno hay que guardarlas en un lugar protegido. Un sótano o un garaje es el lugar ideal, siempre que no esté excesivamente húmedo. No se recomienda en absoluto dejar las sillas en el exterior cubriéndolas con una lámina de plástico hasta la primavera siguiente, ya que es fácil que la madera se vea afectada por hongos y moho que se desarrollan debido a la formación de condensaciones. Todas estas sugerencias, evidentemente, sólo son válidas si se compran sillas de jardín de buena calidad, prerrogativa imprescindible para su durabilidad en los años venideros. En cuanto al hierro, sin embargo, la cuestión es un poco menos compleja. De hecho, el hierro, si se trata adecuadamente con pinturas antioxidantes, es un material muy resistente al paso del tiempo que no provoca problemas de moho ni malos olores. Otra ventaja de las sillas de hierro es que, si se desea, es posible volver a pintarlas, cambiando así el diseño del mobiliario de exterior de una forma muy sencilla y económica.
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