Depiladoras de luz pulsada

Cómo trabajan

Las depiladoras de luz pulsada actúan mediante fototermólisis selectiva, destruyendo el bulbo piloso con calor y reduciendo el grosor y crecimiento del vello tratado, hasta conseguir la depilación definitiva . Emiten pulsos de luz que aprovechan la radiación del espectro solar entre 550 y 1200 nanómetros. La tecnología que utiliza la luz para la depilación es conceptualmente similar al láser, pero más versátil y segura, porque permite alcanzar objetivos tanto profundos como superficiales, utilizando temperaturas más bajas. Esto hace que los tratamientos sean más cómodos y reduce el riesgo de quemaduras y enrojecimiento de la piel. Al tratarse de una técnica progresivamente permanente, la eficacia del tratamiento no se puede valorar tras unas pocas sesiones, sino que se requiere constancia y paciencia.

Que depiladora elegir

Para evitar adquirir una depiladora de luz pulsada poco efectiva, se deben evaluar algunos parámetros como la seguridad, la potencia, la duración de la lámpara y el tamaño de la sonda. Los modelos para uso doméstico son dispositivos seguros para practicar tú mismo la depilación permanente, gracias a la presencia de filtros que te permiten adaptar el tratamiento a tu fototipo y al tipo de vello a eliminar. Dado que el objetivo de las depiladoras es la melanina, el pigmento oscuro contenido en el cabello, la cantidad de energía necesaria para coagular el bulbo piloso depende del color y el grosor del cabello, así como de la profundidad del folículo. Los mejores resultados se obtienen actuando sobre la combinación de pieles claras y pelajes oscuros y robustos. Las depiladoras de luz pulsada no son efectivas en cabellos rubios y blancos. Algunos dispositivos, los más potentes, no se pueden utilizar en pieles oscuras y bronceadas. Además, la mayoría de los modelos tienen llaves de seguridad que evitan el funcionamiento accidental. La potencia del dispositivo es un parámetro a evaluar a la hora de adquirirlo, pues los tratamientos serán más eficaces cuanto mayor sea la intensidad del haz de luz emitido. Naturalmente, los modelos para uso doméstico tienen menos potencia que los profesionales, para no causar ningún daño a los tejidos de la piel si se manipulan incorrectamente. Debido a su potencia limitada, algunos no son adecuados para tratar el vello facial que, al ser más fino y claro, requiere más energía para eliminarse.

Vida de la lámpara

Otro parámetro a evaluar es la vida útil de la lámpara y la posibilidad de sustituirla. Las depiladoras de luz pulsada utilizan una lámpara de xenón bastante cara que tiene una vida útil limitada en función del número de pulsos de luz que puede emitir. Para algunos modelos del mercado, la lámpara se puede sustituir una vez que se agota. Generalmente, las lámparas de repuesto tienen un número de impulsos muy inferior al que garantiza la lámpara suministrada con el aparato. En el caso de depiladoras que no requieren el reemplazo de la lámpara, el dispositivo queda inservible y debe ser reemplazado por completo. Este es un elemento importante a tener en cuenta a la hora de comprar, considerando que el gasto a realizar es bastante exigente. El tamaño de la sonda también es un factor a evaluar cuidadosamente, porque cuanto menor sea la superficie que se puede tratar con un solo spot, mayor será el número de pulsos necesarios para eliminar el vello de una zona específica de la piel. El tamaño de la sonda para depiladoras domésticas de luz pulsada varía entre 2 y 6 cm² según el modelo elegido. Un dispositivo con un campo de acción más limitado hace que el tratamiento sea más largo y aburrido, especialmente para la depilación de zonas grandes como las piernas, sin tener en cuenta el riesgo de quedarse sin puntos de luz en unas pocas sesiones.